A contra A

La foto

Posted in La foto by AcontraA on 13 marzo, 2010

 

Vamos, arranquemos, salgamos de aquí. En ese momento llega Carol. Me bajo, sí, mejor me bajo; somos muchos y su novio está dentro del coche. Tarde de sol y fiesta. Le digo que suba, que yo no voy. Pero Carol no quiere; trato de convencerla. Le insisto; nadie insiste, solo yo; encuentro en ella la excusa perfecta para no ir. Huele a primavera y un poco a miedo de nada, y a tarde vacía de nubes. Me piro, la obligo así; no dejará sólo a su novio. Hay un sitio libre en el coche, mi sitio. Carol sube, lo ocupa. Se van. Ahora huele a duda; me voy a casa.

(…)

 Llaman a casa; me despiertan, es de día, hay luz de otro día; respondo al teléfono que duerme en el suelo. Todos han quedado en el bar de abajo, y me dicen que baje… Tardo en bajar un rato, seguro que no hay prisa… Llego a la mesa, estamos casi todos; ¿domingo de “casi todos”? Raro. Me siento; silencio. Silvia me mira y alarga su mano hacia mí; Susana no puede contener el llanto. En la mano de Silvia un periódico, viejo, manoseado, no, espera, es de hoy. Una foto de hierros, de sábanas blancas y algo negro sobre ellas, de calzada. Son cuerpos calcinados. Ahora todos lloran. Entre mis manos la foto, en la que Carol muere y yo quedo viva en un mundo tan inerte como el suyo. Ellos no saben que yo me subí a ese coche. Se lo cuento como puedo, entre gritos que no salen y se agolpan en mi garganta hasta estrangularla. Doblada y atravesada, por una barra que me ha clavado al mundo. Carol;  era mi sitio. Siento dolor. El dolor de quien salvó su vida. La rabia ignorante de quien quiere echar marcha atrás…  Un periódico destrozado, atravesado por  las lágrimas negras de la culpa. Una cara llena de tinta, la mía. La ridícula sospecha de la mala suerte cae sobre mí y empiezo a dar vueltas… ¿Y si hubiera hablado con ella un minuto más? ¿Y si Carol hubiera aparecido dos minutos más tarde? No hubiera estado el coche.  No hubiera existido señal de stop. Sí, sí que la había, pero, ¿y si en ese momento no hubiera pasado nadie?  Vueltas;  un suspiro torpe y vago. Nunca sabré qué habría pasado. No puedo volver allí. Y soñarla, tan solo la traerá de nuevo a un mundo inexistente… 

–A veces no podemos evitar las cosas que suceden. Así es el destino…

-Claro que podemos. Pensando, por ejemplo, que si alguien no quiere tomar un camino, no somos quién para empujarle. No deberíamos de aconsejar un camino con la certeza de que es el correcto, cuando no acompañemos a esa persona a recorrerlo; cuando soltamos su mano y la dejamos desorientada, ahí, en ese laberinto que nosotros hacemos suyo.